Cada día tengo más clara la importancia de afrontar la vida basándome en principios y valores que me ayuden a discernir la verdad, y cómo reaccionar ante ella.
Los principios son verdades fundamentales que constituyen los cimientos de la conducta con la que sacar partido a la vida. Pueden aplicarse una y otra vez en situaciones parecidas, y ayudarte a alcanzar tus metas.
Cada día nos topamos con una tormenta de situaciones ante las que debes reaccionar. Sin principios y valores, nos veríamos obligados a actuar individualmente ante cada caso, como si fuera la primera vez que lo viviéramos.
Al contrario, si clasificamos estas situaciones por tipos, y contamos con buenos principios para afrontarlas, tomaremos mejores decisiones con mayor rapidez y, en consecuencia, nuestra vida será mejor.
«Un buen conjunto de principios es como una colección de recetas para el éxito.»
Toda la gente con éxito se comporta siguiendo principios que le ayudan a obtenerlo, aun cuando su campo de excelencia varía enormemente y, en consecuencia, también los principios.
Vivimos en una época en que es importantísimo ser claros con respecto a nuestros principios y valores.
Descubrimos nuestros principios de distintas maneras. A veces los adquirimos a través de nuestras propias vivencias y reflexiones. Otras, los aceptamos de los demás, por ejemplo, de nuestros padres, o adoptamos paquetes holísticos como los de la religión y el derecho.
Dado que todos tenemos nuestras propias metas y formas de ser, debemos seleccionar principios que se adecúen a ellas.
Aunque no sea malo de por sí adoptar principios ajenos, hacerlo sin reflexionar demasiado puede llevar a que te comportes de manera incoherente con respecto a tus objetivos y tu naturaleza.
Y al mismo tiempo, tú, igual que yo, no sabes todo lo que necesitas, y actuarás sabiamente si aceptas esa verdad.
Si consigues pensar de forma independiente, mantener la mente abierta y descubrir cuál es la mejor manera de actuar, y si logras hacer acopio de coraje para actuar, le sacarás el máximo partido a tu vida.
Si no lo consigues, deberás reflexionar sobre la causa, porque seguramente es tu mayor escollo para sacarle más provecho a la vida.
Piensa por ti mismo para decidir 1) lo que quieres, 2) lo que es verdad y 3) lo que has de hacer para obtener 1) a la luz de 2) . . .
. . . y hazlo con humildad y apertura de miras para tener en cuenta las mejores ideas de que dispones.
Tener claros tus principios y valores es importante porque afectará a todos los aspectos de tu vida muchas veces al día. Por ejemplo, cuando entables relaciones con los demás, tus principios y los suyos determinarán vuestra manera de interactuar.
Aquellos que compartan valores y principios se llevarán bien; los que no se enfrentarán a conflictos y malentendidos.
Los principios que escojas podrán ser los que tú quieras, siempre que sean auténticos; es decir, siempre que reflejen tu carácter y tus valores.
Te enfrentarás a millones de dilemas en la vida y la manera de resolverlos reflejará tus principios; y quienes te rodean no tardarán en identificarlos.
Lo peor que puedes ser en este mundo es un farsante, porque entonces perderás la confianza de la gente y tu propio respeto. Así pues, deja claro tus principios y predica con el ejemplo.
Si parece haber incoherencias, deberás explicarlas.